Producir textos es un elemento que la mayoría de las personas en el planeta realizamos, de una u otra forma intentamos comunicar bajo discursos “producidos” por nosotros mismos y que a la vez remiten a otros al unísono. Se utiliza para diversas finalidades, en que la “audiencia” posee una palestra de necesidades, realidad, intereses, intensiones y una de ellas es comunicarse. “No es sólo una expresión de conocimientos almacenados en la memoria del escritor, sino una actividad de construcción de significados y, más importante aún, una instancia de generación de conocimientos y desarrollo del pensamiento e inteligencia del sujeto escritor”. (Parodi, 1993: 118).
Diversos modelos y posturas en frente a lo que es la Producción Textual han surgido a lo largo de la historia. Los modelos Cognitivos (Flower & Hayes, 1981) (Bereiter & Scardamalia, 1987) y otros de carácter Sociocognitivos (Flower 1989. 1994) son los que nos permiten ir viendo el avance de las percepciones que se tienen de un mismo objeto. En el Modelo Cognitivo, tenemos como base que es un proceso o habilidad del pensamiento basado en la resolución de un problema. Ya los autores Flower & Hayes nos lo proponen, viendo que la mente podía ser estudiada. Las bases de este modelo son Cognitivas por lo tanto, y con esto estamos centrándonos en el proceso de aprendizaje puramente, todo gira bajo la producción de discursos psicolingüísticos. En cambio (y notamos una fuerte diferencia) en el Modelo Sociocognitivo tenemos una oposición un tanto marcada en el rol social, en que ya hay diferentes audiencias de lectores con diversas capacidades, una de las bases es que se “escribe para aprender” y que se “escribe en las disciplinas” de manera que "esta perspectiva teórica ha sido denominada por varios autores sociocognitiva por cuanto tiene en cuenta los procesos cognitivos que se ponen en marcha al escribir, pero al mismo tiempo considera que estos procesos son siempre dependientes de un contexto”( Castelló, 2002 : 150) La idea de “escribir en las disciplinas” es escribir bajo el contexto, el componente retórico que permite adecuar los textos para las diferentes audiencias.
Los conceptos a través de ambos modelos van cambiando un poco, pues uno es la evolución del otro, el Sociocognitivo logra rellenar los vacíos que deja el Cognitivo, de modo que el concepto de escritura en cada modelo es definido aparte. En el modelo Cognitivo, la escritura está centrada en la resolución de problemas por medio de estrategias y metas que el escritor se hace [1], así como también la escritura conforma un proceso para aprender [2] de manera que se convierte en un constructor mental. Mientras que en el Sociocognitivo la escritura es socio constructivista, es decir, se escribe para alguien y así se construye el significado en el contexto.
Ahora bien, el concepto de escritor también presenta sus diferencias, pues en el modelo Cognitivo tenemos que es estratégico, es decir, tenemos fuertes diferencias entre lectores expertos y novatos que muestran sus diferencias al momento de la producción textual (Bereiter & Scardamalia, 1987), van dirigidos hacia una meta que está inserta en procesos de planificación, textualización y revisión (Flower & Hayes, 1981) para poder desarrollar de manera estratégica las metas propuestas por el escritor. Existe un contraste entre la “prosa del escritor” (expresión del escritor para él mismo) v/s la “prosa del lector” (intento de comunicar) que se manifiesta en el proceso [3]. En el modelo Sociocognitivo tenemos que el escritor se configura a partir del contexto y la comunicación discursiva, es decir, la escritura a través del currículum que nos permite ir adaptando nuestro lenguaje para las distintas audiencias. Es muy interesante ver esta diferencia en ambos modelos, nos sitúa en los enfoques de cada uno, pues nos permiten identificar las visiones que tienen en contraste, ya que el modelo Sociocognitivo incluye el componente afectivo en el proceso y el Cognitivo sólo estudiaba el proceso mental.
El lector en ambos modelos tiene sus enfoques distintos, tenemos que en el Cognitivo, es un lector dirigido que se manifiesta casi como un lector ideal al que un escritor supone como futuro público. La MLP [4] funciona como almacén del conocimiento. En el enfoque Sociocognitivo, está la propuesta de escribir para diferentes audiencias que son lectores reales. Es bastante interesante ver el contraste que se produce entre ambos modelos porque ene le primero tenemos toda una configuración de un sujeto ideal al que el escritor logra visualizar, si bien el escritor ha de ser estratégico y pretende lograr sus metas, no siempre los textos producidos llegan a nuestros lectores ideales; esto es una desventaja al modelo, pues asume que todos tenemos guardado en la MLP la información necesaria para entender y comprender el texto. El modelo Sociocognitivo logra llenar este vacío que nos trunca, explicando que la audiencia es quién le da sentido y que tenemos muchas categorías (a sí mismo, audiencia desconocida, un grupo de intelectuales, etc.), esto favorece en el concepto de lector, porque nos sitúa en lo real, en aceptar que cualquier ser humano alfabetizado puede leer los textos y darle su propia significación.
El contexto o situación retórica tampoco se nos escapa de comparar entre ambos modelos, en el Cognitivo tenemos que se desenvuelve en el ambiente de la tarea, es decir se compone de un tópico o tema, de una audiencia y de las exigencias, lo que es bastante cercano a la situación de comunicación. “Flower y Hayes consideran que la redacción empieza cuando se presenta al escritor una situación retórica como por ejemplo una tarea escolar de redacción. A partir de la representación del problema, el escritor crea una red jerarquizada de objetivos, de todas formas, podrán ser modificados en el decurso de la redacción (…)”(Camp, 1990).En cambio en el Sociocognitivo tenemos que el contexto es permeado en el escrito, constituyendo una comunidad discursiva que gira en torno a la exploración de ideas como desafío de usar la escritura, como construcción de una comunidad de escritura y lectura que facilita al pensamiento crítico y a la transformación del conocimiento como aporte a la comunidad.
Vemos que existen diferencias entre ambos, pero que siguen una línea en común y es la cognición como forma de enfocar los estudios de manera que concordamos en que la producción textual es un proceso, ahora bien, es más acertado poder contextualizarlo en la comunidad porque nos somos seres humanos aislados, nuestros discursos se configuran y dialogan con los del resto, por lo que me parece más cercano a lo concreto el modelo Sociocognitivo que permite identificar a lectores reales, pero de ambos modelos se pueden extraer muchas ideas que a mi parecer deben integrarse tal como sucedía en las Micro y Macroestructuras en el Modelo Estratégico[5] en la comprensión y producción de textos(Van Dijk & Kincht, 1983) ya que somos seres sociales insertos en un sistema, pero también somos seres pensantes y creadores de conocimientos.
Notas del autor
[1] Esto lo proponen Flower & Hayes en su modelo que posee características recursivo y flexible permitiendo en que el proceso no sea lineal.
[2] La mirada más cognitiva la hacen Bereiter & Scardamalia, dándonos una potente significación y explicación en sus modelos: decir el conocimiento, transformar el conocimiento, de manera que ambos tiene una perspectiva psicológica.
[3] Los autores Flower & Hayes nos explican esto del las prosas.
[4] MLP: memoria a largo plazo.
[5]Este modelo integraba dos supuestos: uno cognitivo (cuando el lector lee un texto construye una representación mental) y otro supuesto contextual (en donde no es sólo un evento cognitivo, si no psicosocial que trasciende lo cognitivo).
Bibliografía
Camps, A. (1990). Modelos de proceso de redacción: algunas implicaciones para la enseñanza. Revista Infancia y Aprendizaje, 49, 3-19.
Cassany, D. (1999). Constriur la escritura. Barcelona: Paidos (pp. 23-107)
Castello, M. (2002). De la investigación sobre el proceso de composición a la enseñanza de la escritura. Revista “Signos”, 35, 149-161.
Marinkovich, J. (2002). Enfoques de proceso en la producción de textos escritos. Revista “Signos”, 35, 217 -229.
Scardamalia, M. & Bereiter, C. (1992) Dos modelos explicativos de los proceso de composición escrita. Revista Infancia y Aprendizaje, 58, 43-64.