Androide curioso

lunes, 21 de septiembre de 2009

Tiempos de nuevos códigos: el auge de lectura

Hay variadas formas de expresión en el modo en que nos comunicamos, utilizando un código determinado según la situación en que estemos enfrentados. La lectura, en estos tiempos de nuevas tecnologías y en el ritmo que las personas llevan, es cada vez más acelerado, ha traído consigo pensar en una amenazante y apocalíptica afirmación: “hay una crisis en la lectura”. Sumándole a la afirmación anterior, el problema de que otros medios que no son literarios amenazan constantemente a la lectura de textos escritos, es decir, el sentido de que esta crisis ha llevado a que los estudiantes no lean ya los libros con gusto ni placer genera una aparente crisis lectora. No obstante, esta crisis resulta paradójica en el sentido de que nos ha transbordado a una época en que la lectura tiene un nuevo significado, creyendo erradamente que cada día nos alejamos de la lectura, siendo esto muy al contrario debido a que las nuevas formas de lectura y de códigos que se amplían en el espectro de las formas de comunicarnos. Es recurrente pensar en el tópico de que todo mundo fue mejor en un pasado, llenando de prejuicios a lo que acontece en la actualidad. ¿La crisis es de la lectura?
Es importante hacer una distinción entre lo que es lectura y comprensión, pues leer está más involucrado en decodificar e interpretar un conjunto de signos, mientras que la comprensión es un proceso cognitivo complejo que requiere de habilidades y estrategias de lectura. Entonces, ¿la crisis universal se debe a la lectura o a la comprensión? Es evidente que tras esta pequeña aclaración, la crisis latente no corresponde a la lectura, porque constantemente estamos leyendo o “decodificando” diversas formas de comunicación; ésta no se limita a un código escrito, pues desde un semáforo hasta el silencio comunican. Los jóvenes presentan una actitud de desmotivación frente a la lectura de textos escritos debido a que no satisfacen sus necesidades de estímulos sensoriales, Borges afirma categóricamente que «se habla de la desaparición del libro: yo creo que es imposible». Lo cual es bastante cierto, lo que está en crisis no es la lectura, debido a que leemos o decodificamos mensajes todo el tiempo, sino que la crisis universal corresponde a una baja en la lectura comprensiva de textos escritos, porque otros medios de comunicación como la televisión presentan características estimulantes más atractivas para los jóvenes.

Marianne Peronard desarrolla el tema de si existe una verdadera crisis universal en el sentido de que en la actualidad hay diversas maneras de lecturas, no debemos ver a la televisión como un sagaz enemigo de ella, ya que el deterioro de la lectura se debe al ritmo urbano que rodea a los jóvenes, haciendo incompatible utilizar la lectura como forma de entretenimiento. La autora, explica bastante bien el hecho de que hay varios tipos de lectura, en los que podemos encontrar la que es por placer, la funcional, la de estudio e incluso la involuntaria, por lo que nos ayuda a afirmar que no estamos en una época de crisis, sino más bien en una época en que la lectura y el código escrito son la base de la información y de nuestra vida cotidiana. Los demás códigos que han ido adquiriendo protagonismo se sustentan o refuerzan al código escrito, siempre aportando en la búsqueda de una amplitud de estímulos en la comunicación, es decir, los jóvenes necesitan aprender de maneras más dinámicas, por lo que la lectura convencional los aburre. Una de las conclusiones esenciales del texto de Peronard es que la crisis universal en la comprensión requiere de una búsqueda del desarrollo de la capacidad de la comprensión ya que la lectura y la escritura son un medio principal de adquirir y utilizar el conocimiento.

¿Cuál es la importancia de estos nuevos códigos en el proceso de la enseñanza? Es importante para los jóvenes la manera en que llegan los mensajes, por lo que la labor del docente es adecuarse a las nuevas prácticas de códigos que se apoyan en el escrito. No se puede afirmar que el libro y la lectura de textos escritos ha muerto, debido a que en este proceso coordinado, multifacético y multisensorial en la modalidad del pensamiento se expresa en nuevas tipologías y formatos de lectura: los e-book, el hipertexto, el Ezine y el blog, son nuevas formas que los jóvenes utilizan a diario, añadiendo a todo esto toda la publicidad que leen involuntariamente. La crisis se ha convertido finalmente en una época en que la lectura está en su auge, sólo que ha fecundado nuevas formas de leer. La importancia de los códigos que estimulan a los estudiantes hoy, debe ser entendida como una evolución en la manera de leer, por lo que debemos preocuparnos de que esta lectura la desarrollen con estrategias avanzadas para que el proceso de comprensión sea satisfactorio en su formación. La lengua muta con el tiempo, las culturas y las personas también, ¿no resulta lógico pensar que las formas de leer también han cambiado?

Es fundamental para los docentes estar concientes de este cambio, la comprensión debe trabajarse de un modo más dinámico y más cercano a los jóvenes. Las lecturas deben focalizarse en una perspectiva que les permita explorar todos los sentidos, de manera que puedan adquirir una formación adecuada y óptima. En la actualidad este auge de la lectura requiere de un nivel de alfabetización más completo, de modo que no sólo debemos alfabetizarnos para la lectura convencional, sino tener una alfabetización digital que son esenciales para poder incorporarnos en esta sociedad de tiempos de cambios y de una exploración sensitiva. El docente debe estar conciente de esta búsqueda y para ello, debe ser un intelectual comprometido con su realidad, crítico y sobretodo creador y estratega para realizar un aprendizaje óptimo en la comprensión de textos.
 
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